viernes, 25 de mayo de 2012

LA BANCA SOCIALISTA.






Estamos en un momento delicado para la Democracia. La Economía se ha abierto paso entre los políticos y ha pasado de ser un simple instrumento utilizado para aumentar el bienestar de la sociedad a ser el poder decisorio que da órdenes a la clase política. Se han vuelto las tornas y se ha sucumbido a la avaricia del dinero. El que no lo tiene lo necesita, y el que lo tiene, quiere más y no está dispuesto a darlo, y en estos momentos, ni a prestarlo.

Los Bancos se han vuelto más ambiciosos y han olvidado su principal función: la de prestar dinero mediante la concesión de créditos. Ahora, tan sólo prestan al que tiene para devolverlo, y se lo niegan al que no tiene pero lo necesita. Si el rico, que posee bienes, propiedades, inversiones en capital financiero y dinero líquido en distintas cuentas en paraísos fiscales, se le conceden prestamos para que no pierda valor patrimonial, y el pobre, que no posee nada más que lo puesto y lo necesita para labrarse un futuro, no se le concede; entonces para qué necesitamos un banco.

La palabra “crédito” proviene del latín credere que significa confiar, en este caso, confiar en la persona a la que se le concede el crédito. La persona que lo solicita y se le niega es quien realmente más lo necesita, es a quien más utilidad le puede reportar y es quien más lo agradece de la manera que mejor sabe, sacando adelante a su familia sin perder su dignidad y labrándose un futuro con independencia y sin tener que recurrir a pedir limosna, que es la peor ofensa para un pobre.

La Unión Europea ha aprobado un plan de rescate de la eurozona inyectando dinero a las empresas para que creen puestos de trabajo. El método seguido ha sido dar el dinero tan esperado a los bancos de cada país para que ellos, en su juiciosa lógica, concedan préstamos a quien más lo necesite. Pero los bancos no ceden ni un milímetro de terreno. Se niegan a conceder préstamos y cuando lo hacen, es con unas contraprestaciones abusivas y unos requisitos y avales excesivos. Mientras tanto, las principales entidades bancarias y financieras, que son las que han recibido dicha inyección económica, continúan con sus beneficios positivos, sus sueldos astronómicos y su poder sobre los políticos. Como contestación, Mariano Rajoy ha reducido los sueldos de los ejecutivos de la banca de manera drástica, pero aún así, son sueldos estridentes y ofensivos para los millones de desempleados españoles.

Creo que se podría haber hecho de una forma mejor: la UE podría haber dado el dinero directamente a España y haberse distribuido mediante créditos concedidos por el ICO (Instituto de Crédito Oficial) con unas contraprestaciones más racionales y con unos requisitos más comprensivos. De este modo, no sólo habría llegado el dinero de forma más rápida a las empresas, sino que en el fondo, habría “llegado”. Aunque visto lo visto, y teniendo en cuenta que la banca responde a incentivos lucrativos sin atender a las necesidades sociales fundacionales, y que la crisis actual (además de tener factores provenientes del “boom” inmobiliario y de una superávit en la producción de inmuebles por parte del sector de la “construcción”) tiene un gran componente en la crisis financiera, y que estas crisis son cíclicas temporalmente, se podría ir mucho más allá llevando a cabo una premisa socialista olvidada, la nacionalización de la Banca española, al menos, por el principio, en las cuestiones de concesión de préstamos o en la recaudación de las hipotecas. De este modo, se daría un aviso más contundente al sector financiero que acompañado de la bajada de los altos sueldos, haría que la banca reflexionase y se volviese menos avariciosa, por lo menos, dentro de las fronteras españolas. Y puesto que la UE no decide, y obedece ciegamente a la canciller Angela Merkel, sería una respuesta socialista a la austeridad sin sentido y al recorte del Estado de Bienestar que la derecha europea defiende irracionalmente.

SALVADOR DÍAZ
Economista
Miembro Grupo CAPITOLIO ROJO
Militante PSOE-Jódar (Jaén)
@salvadv
salvadv.blogspot.com

1 comentario:

  1. ¡Exquisita entrada de denuncia! Efectivamente, hemos entrado en un espiral de avaricia y amoralidad difícil de salir. Todo ello, consecuencia de la neoliberal desregulación y la confianza teórica en la hipótesis de los mercados eficientes. En fin, se ha mostrado fracasado el sistema financiero, pero ¿quién va a modificarlo? Es ilógico y, cuando menos, burlesco que el BCE preste dinero al 1% a los bancos, para que luego estos bancos lo presten al 5% presionando, por extensión, a los Estados soberanos en su deuda pública, exigiendo una rentabilidad desproporcionada, en el caso de España la prima de riesgo ronda los 500 puntos y un interés del 7%. Como bien dices, una solución hubiera sido dar el dinero directamente al Estado, pero claro, ¿quién toleraría el efecto expulsión de la banca? Nadie. ¿Estarían dispuestos a dar dinero directamente sabiendo que significa imprimir más billetes y desestabilizar sus obsesivos objetivos de inflación? Creo que no. La situación es complicada, y suscribo tu frase inicial, es un momento delicado para la Democracia.

    Termino con una cita de Keynes muy reveladora:

    “Al mismo tiempo que mejora la organización de los mercados de inversión, aumentan, sin embargo, los riesgos del predominio de la especulación. Los especuladores podrían no resultar perjudiciales si fueran como burbujas dentro de una corriente empresarial estable; lo grave se produce cuando es la empresa la que se convierte en una burbuja en medio del desorden especulativo”

    ResponderEliminar